¿Cómo Sobrevivir una Cita a Ciegas?
Las citas ciegas no son algo nuevo. Cuando uno está soltero es común encontrarse con que un amigo piensa que conoce a alguien con quien pudiéramos hacer química y le parece buena idea jugar al Cupido para llevar el amor a dos personas.
El problema con las citas a ciegas o los encuentros arreglados por terceras personas es que hay un alto grado de miedo porque no podemos controlar la situación desde el principio: no sabemos si la otra persona nos va a gustar o si las habilidades de Cupido de nuestros amigos son lo suficiente buenas para encontrarnos un futuro novio o novia, e incluso, en varias ocasiones se accede a asistir a una cita a ciegas por el compromiso de amistad que tenemos con la persona organizándola.
Con una cita a ciegas es dejar todo a la suerte: puede resultar en una bonita relación o amistad como puede ser una noche terrible. Lo fundamental es estar seguros que no vamos a estar en peligro pues en la actualidad hay crímenes cometidos por las personas menos sospechadas en situaciones inocentes como una cita romántica anónima. Al conocer por primera vez a una persona no se deben de revelar ningún dato muy personal y el encuentro debe tomar en un lugar público y concurrido, y si la cita será entre amigos, lo mejor es relajarse, tratar de pasarla bien aunque el contacto sea una decepción total.
Nunca hay que olvidar ser auténticos. Los nervios pueden jugarnos trucos y hacernos actuar tontamente o decir cosas sin sentido por la intriga de cómo será el contacto y si habrá compatibilidad. A veces es la misma ansiedad de la ocasión que hace que los contactos reciban una imagen errónea uno del otro: pensando que son muy reservados o engreídos.
Suele pasar que el contacto a conocer no llene las expectativas e incluso haya aversión, de ser este el caso lo más recomendable es ser educados y esperar a que termine el encuentro para de la manera más cordial agradecer la velada y retirase. Tal vez prometer una segunda cita sea adecuado, pero sólo como gesto de cortesía.
También puede pasar que se haya dado química entre ambas personas en donde valga la pena concretar una segunda cita para conocerse mejor. El resultado ideal es que la ocasión sea un éxito, en cuyo caso es mejor avanzar con cautela para tratar de construir una relación, en caso de que el sentimiento sea correspondido porque a veces, el entusiasmo de haber encontrado alguien atractivo y afín puede asustar al contacto.
Siempre hay que tomar en cuenta que la primera impresión no es la más importante, aunque es la que deja más huella en las personas que conocemos. Por eso es primordial que estemos es un lugar seguro para eliminar el estrés y de ser posible, rodearse de amigos para crear un ambiente ameno, ser uno mismo y dejarse llevar esperando que ambas partes pasen un buen tiempo, sin hacer presión para no parecer muy insistentes, en el caso de que haya compatibilidad, o mostrarse muy decepcionados de no ser lo que estábamos esperando.